jueves, 6 de noviembre de 2008

Zapatillas de correr para mujer ¿marketing o publicidad?

¿Realmente corremos las mujeres de distinta forma que los hombres? ¿Es necesario usar un calzado específico de mujer para correr? ¿O se trata sólo de una estrategia de mercado para aumentar las ganancias de las marcas deportivas?

Cada vez son más los modelos de calzado deportivo orientado para la mujer y diferenciados en algunos aspectos del de los hombres. A simple vista, puede parecer que salvo por las tallas, el tamaño y los colores, se trata de modelos casi iguales. Y atendiendo a datos técnicos como amortiguación, estabilidad y tipo de pisada (pronadora, neutral o supinadora) nos encontramos con que las semejanzas aumentan.

Entoncés, ¿debemos usar zapatillas diseñadas para mujer a la hora de correr? ¿Merece la pena?

Quizá sea importante analizar la forma de correr de la mujer para obtener una buena respuesta.

A nivel físico, cabe destacar que el talon del pie femenino es mucho más estrecho que el masculino, y esto sí se aprecia en las zapatillas, que son más estrechas en la parte trasera.

Nuestras caderas son más anchas y esto influye en el ángulo que tiene la pierna desde la cadera hasta la rodilla, apuntando hacia adentro, con lo que la manera de mover, apoyar e impulsar el pie en la carrera se ve alterado de distinta forma que el del hombre. Las mujeres tendemos a utilizar más la parte interior del pie a la hora de apoyarlo, con lo que el grado de pronación es algo más acentuado que el del hombre en el momento de la impulsión del pie en la zancada. Y dependiendo del calzado que llevemos, si no se ajusta a nuestra manera de pisar, estaremos haciendo sufrir a nuestras caderas.

Es conveniente hacerse un estudio del tipo de pisada a la hora de elegir las zapatillas, o sencillamente observar la zona de desgaste de nuestro viejo calzado. Si está más deteriorada la zona interior, más pronadora es nuestra pisada, si por el contrario es la parte exterior la que está más desgastada, nuestra pisada sera supinadora. Si no se observan diferencias en ninguna de las dos zonas, tendremos pisada neutral.

El tipo de pisada también puede estar influyendo en el control del equilibrio de nuestro cuerpo. Por ello es importante tener en cuenta el tipo de estabilidad de las zapatillas que usemos.

En cuanto a la amortiguación, el peso menor de las mujeres, y en ocasiones la menor velocidad a la que corren, hacen que el impacto de sus pies en el suelo sean con menos fuerza, así que de nuevo este aspecto técnico también se diferencia. Y como la salud de nuestras rodillas depende mucho de la amortiguación de nuestras zapatillas, conviene también tenerlo en cuenta.

Por último, conviene buscar modelos flexibles de calzado, que nos exijan menos fuerza, y por tanto menos esfuerzo a la hora de flexionar el pie. Y es que pensemos en la cantidad de veces que repetimos todos y cada uno de los movimientos del pie en la zancada a la hora de correr.

De todas formas, cada deportista tiene sus necesidades, sea hombre o mujer, y puede haber mujeres que necesiten más mortiguación, o suelas más duras, pero sí es interesante y recomendable tener en cuenta las características que se dan más a menudo entre las mujeres y las diferencias en nuestra manera de correr, para buscar así un calzado más apropiado y que nos aleje de fatigosas lesiones.

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